Horarios y Costumbres

La identidad de Buenos Aires, una ciudad de puertas abiertas, está marcada por la influencia de las distintas corrientes migratorias que la conformaron, dándole un perfil cosmopolita. El espíritu de los habitantes es cordial y hospitalario y no es raro que una charla con un porteño termine en una invitación a conocer su casa.

Las normas de cortesía y el respeto están estrechamente ligadas con el trato informal. El saludo normal de hombres y mujeres es un beso en la mejilla. La sonrisa, el abrazo, el acercamiento al hablar y el lenguaje gestual constituyen el universo más común y amistoso de comunicación.

Lo más distintivo es el uso de «vos» en lugar del «tú» para el trato informal, y el uso del «che» para dirigirse a otra persona. El idioma oficial es el castellano, aunque también se pueden oír algunos giros regionales. Los porteños entienden fácilmente el portugués y la mayoría habla algo de inglés.

Mate
La infusión característica de los porteños es el mate, que mezcla la yerba mate con agua caliente, con o sin azúcar. Esta bebida es consumida a cualquier hora del día. El mate constituye una costumbre popular que forma parte de la cultura porteña rioplatense desde mediados del siglo XVI.

Horarios
El huso horario corresponde a GMT-3 y no se modifica en los meses de verano.
La actividad en Buenos Aires comienza con las primeras horas de la madrugada y se extiende hasta a altas horas de la noche. Es la única ciudad del país donde se ha perdido la costumbre de dormir la siesta, un receso posterior al mediodía.

Los comercios están abiertos de lunes a viernes de 9 a 20 horas, y los sábados de 9 a 13 horas. En los shoppings el horario se extiende hasta las 22 horas incluso los sábados y domingos.

Los bancos abren a las 10 y cierran entre las 15 y las 16 horas. Se pueden realizar extracciones de dinero y otras transacciones en los cajeros automáticos, que funcionan las 24 horas.

Los horarios en que los porteños realizan sus cuatro comidas son variables, ya que los acomodan según sus actividades. El desayuno es entre las 7 y 10 de la mañana. En los bares y confiterías es posible encontrar ofertas, tanto para el desayuno como para la merienda. El almuerzo se realiza en forma rápida, entre las 12 y las 15 horas. Las casas de comidas, en los lugares céntricos o de alta concentración laboral preparan una gran oferta de menúes rápidos y variados. A media tarde entre las 16 y 18 horas se toma la merienda.

La cena –a partir de las 21– es la comida más importante, momento de reunión de la familia o de amigos.

La noche
Buenos Aires tiene un espíritu trasnochador, la actividad nocturna es permanente y las calles lucen animadas incluso los días laborales. La oferta de actividades es múltiple: conciertos, recitales, cenas, teatro, cine, actividades al aire libre, fiestas en discotecas, reuniones en cafés, pubs, etc.

Las discotecas cierran entre las 6 y 7 de la madrugada y en algunos lugares la fiesta sigue en encuentros «after hour» que se extienden hasta el mediodía. Es común que los más jóvenes frecuenten más de un lugar en una misma noche y desayunen antes de ir a dormir.

Tanto las entradas a las discotecas como a los encuentros «after hour» , en algunos casos las mujeres no pagan entrada antes de las 24 hs.

Los cines son muy concurridos, especialmente los días sábados. Los precios varían según el cine. Aunque no hay una tarifa fija y es clásico el descuento para algunas funciones de la semana.

Es costumbre que los oficinistas salgan después del trabajo con los compañeros, en general el jueves. En el centro y en Recoleta los bares tienen reservada para esa ocasión su oferta «happy hour» o «dos por uno», que permite comprar dos bebidas al precio de una, desde las 19 hasta las 22 horas aproximadamente.

Luego de la denominada Cuarentena por COVID-19 que se extendió por casi un año, abarcando los años 2020 y 2021, el «Centro Porteño» perdió su identidad como lugar de oficinas permanentes. Se adoptó un sistema semipresencial, se popularizó el «Home office» y asurgieron «Hub de trabajo» ubicados en las periferias de la Ciudad. Pasando la Avenida Callao y hasta el «bajo porteño» la cantidad de personas en horarios diurnos a menguado estrepitosamente. Se están elaborando planes para reconvertir las oficinas en viviendas, tanto por parte de inversores privados como por parte del gobierno estatal.»